2.13.2007

Homenaje a la estepa



Cuando recuerdo imágenes del pasado, las llanuras de Patagonia pasan frecuentemente ante mis ojos, y, sin embargo, todo afirman que esas llanuras son míseras e inútiles. Sólo pueden describirse por sus características negativas; carentes de habitantes, de agua, de árboles, de montañas, sólo producen unas cuantas plantas enanas. ¿Por qué entonces, y esto no me ocurre sólo a mi, esas áridas llanuras han quedado tan fuertemente grabadas en mi memoria?

Charles Darwin, El viaje del Beagle

The Complete Work of Charles Darwin Online

11.11.2006

Mia Couto - Fragmentos de relatos

Me picó un mosquito que me lo encontré en el Congo siguiendo a una pigmea diminuta que corria por la selva. Se me cayó el casco de exploradora y me dediqué a convertirme, como pueda, en negra.
Acá uno de los primeros textos que encontré en la corrida. Es de un mozambiqueño que escribe en portugués pero resulta que lo encontré en una página gallega. Un poco de extrañamiento para saborearlo en dos o tres leidas. No hace tanta falta el diccionario. Prueben, prueben.



Estes son tres fragmentos do seu libro "Contos do nascer da terra" que o autor autorizounos a publicar. Desfrútaos.

O baralho erótico


Em sua maior parte, o matrimónio é um maltrimónio. Os dois pensando somar, afinal, se traem e subtraem. Era o caso de Fula Fulano mais sua respectiva Dona Nadinha. O homem era um vidabundo, formado nas malandragens. A mulher era muda durante o dia. Mesmo que pretendesse nao Ihe saía palavra. Só de noite ela falava. No resto, se arredava, imóvel de fazer inveja as plantas. Se sentava a desfolhar fotos e postais. Nadinha vivia por fotografia, sonhava por interposição de imagens recortadas em revistas. Coleccionava retratos, cromos, postais. Ficava horas contemplando as figurinhas. Assim, ela se desconhecia, desaparecendo de si mesma, invisibilizando a vida. De noite é que ela pegava o trabalho, desfiava horas de canseira. Em cada intervalo, mínimo que fosse, ela sacava da colecção das fotografías e se sentava. Se enamorava das mulheres das capas, que lindas, nem transpiram, nem enrugam com os tempos. -Nao existe urna foto ern que saia o mundo? Existe, existe, anuía o marido em sono.

O general infanciado

O General Orolando Resoluto era um homem con- gélido, capaz de frigorificar o mais pequeno sentimento. Desses que lambem a carta para colar o selo. Seu único amor: a pátria. Sua exclusiva paixão: a guerra. A família ele a vivia com espírito de dever, encargo biológico, contrato social. Por obrigração Ihe nasceu o filho, sua primeira e única descendencia. O menino veio a luz e o general Resoluto, impassível, espreitou o berço, mais inspector que parente: -Hum! E mais nada, senao essa interjeição seca. Rectilíneo, o general nao despenteou nervo. A mulher Rosanita sorriu: estaria o marido apenas invisivelmente comovido? A esposa havia sido formada em credo e cruz, um terço da vida no terço. Mal saída da cate que se ela catecasou-se. Rosanita sabia que os homens se comportam, neste mundo, como estrangeiros. A machice é arrogancia dos que tem medo, mais excluídos que emigrantes. Só as mulheres sao indígenas da vida. Paciente, a esposa ainda negociou com ele um riso: -Então, senhor pai?

Velho com jardim nas traseiras do tempo

No ]ardim Dona Berta há um banco. O único que resta. Os outros foram arrancados, vertidos em tábua avulsa para finalidades de lenha. Nesse restante banco mora um velho. Cada noite, os dois se encostam mutuamente, assento e homem, madeira e carne. Dizem que o velho já tem a pele as listas, formatadas no molde das tábuas, seu externo esqueleto. O idoso recebeu um nome: Vlademiro. Ganhou o nome da avenida que ali passa, rasando-lhe a solidao: a Vladimir Lenine. Soube hoje que vcio retirar o banco para ali instalar um edifício bancário. A notícia me desabou: o jardin- zinho era o último mundo do meu amigo, seu derradei ro refúgio. Decidi visitar Vlademiro, em misaão de coração. -Triste? Quem disse? Espanto meu: o homem estava eufórico com a noticia. Que um banco, desses das financas, todo estabeleci- mentado, era um valor maior. ]á Ihe haviam dito da sua dimensiio, clava bem para ele dormir mais seu bicho de estimação. E mesmo quem sabe ele encontrasse emprego Iá? Nem que fosse nos canteiros em volta. Afinall, ele tran- sitava de seu banco de jardim para um jardim de banco.


10.15.2006

oración guestáltica



yo hago lo mio
y tu haces lo tuyo

no estoy en el mundo para cumplir con tus expectativas
y tu no estas en el mundo para cumplir con las mias

yo soy yo
y tu eres tu

si por casualidad nos encontramos es hermoso
sino, no hay nada que hacer


Fritz Perls

imagen Linda Bergkvist

8.27.2006

Domingo 1


Claro, los agujeros son agujeros y se sienten como agujeros. No hay nada más que hacer. Y los domingos, los agujeros crecen, se empiezan a tragar los muebles de la casa, los libros, la heladera. Estuve muy ocupada desde la mañana, pero el domingo me esperaba agazapado. Salta sobre mí y los agujeros empiezan a crecer, me dejan cubierta de mocos y lágrimas, transformándome en un pequeño mar pegajoso. Un pantano marino, con algas en el pelo, pedacitos de caracol pegados en los párpados y un sapo sentado en la falda. Y son tantos (los mocos, las lágrimas, los sapos) que me siento en el medio del living a sonarme la nariz con los toallones de la casa.
Cuando el agujero llega hasta el pasillo, hasta el pallier del edificio, cuando está a punto de tragarse la cuadra, el domingo y a mi…
Entonces, suena el teléfono
No sonaba desde hace tanto un día domingo, que no lo reconocí.

-¿Hola?
-Buenas noches, quisiera hablar con Mar.

-Buenas noches… ¿quién es?

-Mi nombre es Jim, soy del grupo de Viajeros de Autostop Argentina.

-Ah, hola. Con ella habla –mocos- ¿quién le dio mi número? ¿nos conocemos?

-No, no nos conocemos. Recibí una llamada internacional de Montaño Valencia. El estuvo en algunas reuniones de nuestro grupo, lo hospedamos durante un tiempo. Él me dio su nombre y su número, me pidió que la llamara para pedirle que asista a la reunión de este domingo. Puedo pasar a buscarla, es en San Telmo. No hay ninguna formalidad y Montaño dijo que necesitaba distraerse.

-Gracias por llamar Jim y sí, creo que me hace falta un poco de aire.

-¿Paso a buscarla?

-Será un gusto.

Un grupo de viajeros donde Montaño pidió asilo como a una logia secreta. Secreta pero que está a la vista de todos. Se reúnen en un pequeño bar de sillas viejas y cálida luz. Los viajeros sabrán del dolor de los amores de viajeros, en especial los de diferentes rumbos.
Aunque saber… saber no cambia nada. Espero que sepan cómo detener la voracidad del agujero.

7.19.2006

Te daré mil hijos

Fernando se fué y nació un nuevo hijo. Pero sobre todo un hijo mio.
Se llama Leonardo.
¡Leonardo, vieni qui! ¿Sai che il tuo nome e per l´uomo che ha abuto la curiositá piú grande del mondo?
Le acaricio la cabeza y se va. A Leonardo empecé a hablarle en italiano la noche que decubrí que eso lo hacía dejar de llorar. Eso y unas viejas ninne-nanne, canzonete italiane per fare dormire ai ragazzi. Fue la primera vez que me dirigió una mirada atenta desde que llegó del hospital.
A leonardo comencé a leerle la Breve Historia del Mundo cuando cumplió seis años y terminó de leerla él mismo a los nueve. Y como su padre, se dedicó entonces a comporbar por sí mismo, sobre sí mismo y a anotarlo todo en incansables cuadernos que él sólo puede entender.
Un día dejé mis lentes apoyados sobre unos apuntes, en la mesa de la cocina. Cuando regresé, Leonardo los sostenía con las dos manitas contra su nariz. Se los quitó, volvió a tener ojos humanos, los dejó en la mesa y dijo muy serio:
"quiero anteojos, mamá"
¿Pero para qué hijo? Tu vista está perfecta.
"quiero ver más.."


"(...)Era zurdo y escribía con una letra diminuta y vuelta al revés que resulta imposible de leer. Esto le vino muy bien, pues en aquel tiempo no dejaba de ser peligroso tener opiniones independientes. "
Ernst Gombrich, Breve Historia del Mundo.

6.19.2006

Qué sucede cuando volvemos a leer antiguos cuadernos

Porque los cuadernos de papel no alcanzan

Leonardo escribía y los cuadernos de notas se acumulaban en sus estantes más que los de literatura griega o latina, los de moda de su época, ¿cómo qué libros ahora? ... no sé, pensá en algún libro de moda siempre hay. Podemos hacer una lista en los comentarios del blog. El mismo pobre Leonardo no se imaginó jamás que con los templarios, María Magdalena y algunos amigos más terminaría siendo una estrategía de consumo ¡jum! perfecta.

Hoy cuando ya se había ido la luz y la pequeñas vidas privadas de buenos aires empiezaron a iluminarse como retáblos unos arriba de otros y sus pequeños títeres deambulando dentro, leía un libro encantador: Breve historia del Mundo.
Ernst Gombrich escribe una deliciosa narración con un poco de objetividad científica, fechas exactas y mucha opinión, un relato fantástico sobre la historia universal fresco de cualquier ñoñez y apto para todo público. ¿Para niños? Sí, pero creo que le pasa el plumero al Mundo de Sofía y habla del oriente lejano, olvidado porlas historias de nuestra primaria y secundaria y universitaria también. Seamos honestos ante todo.
Llegando al capítulo del Renacimiento, describió a los hombres de la nueva era y la moda que le dejaría el cerebro al revés a todos los italianos bienpensates de entonces. Gracias a ellos somos modernos. Leonardo es nuestro exótico antihéroe renacentista y he aquí que él ya lo sabía:
"El sol no se mueve"
Sólo escribió eso en uno de sus apuntes y nada más.
"Sé cómo se puede estar bajo el agua y permanecer mucho tiempo sin alimentarse. Pero no voy a hacerlo público ni a explicárselo a nadie, pues los seres humanos son malvados y utilizarían este arte para asesinar, incluso, en el fondo del mar. Perforarían los cascos de los barcos y los hundirían con toda la gente que fuera en ellos."

ERNST H. GOMBRICH "Breve historia del mundo". Ediciones Península. Barcelona, España. 2003